Otro
concepto. Esta expresión podríamos considerarla como emblema de que
cuando se dice o quien la dice hace referencia a que lo habitual y
corriente está superado, de que lo que todos hacen o han hecho es
un mar de ideas que pertenecen al pasado y que hay que abrir nuevos
horizontes innovadores que hagan que lo nuevo sea eso: otra cosa
distinta y superior a lo anterior, o por lo menos mejor. Y en eso
estamos.
En
esos momentos, en los que el testigo de nuestras palabras es un café
o una caña, la conversación fluye ligera, sin censuras, dejando
entrever nuestras ilusiones y deseos, y afloran los sueños de tener
un equipo nuevo a pesar de las innumerables e inconmensurables
trabas a las que la gran administración nos tiene acostumbrados: la
falta del plano del proyecto, el certificado de industria, estar casi
fuera de plazo, tener que dar el visto bueno la ITV… y...¿Qué
más, gritamos desesperados , hace falta???
Quizá
la gran cantidad de trabas puestas y el desafío de vencerlas dio pie
a que lo que en principio era el furgón donde se llevaban todos
los “cachivaches” y aparejos necesarios para llevar a buen
puerto las actuaciones se transformará en un camión multifuncional.
Tras
varios diseños y proyectos, muchas horas de trabajo y no pocas
visitas a las ventanillas de la administración consiguió lo que iba
buscando: innovar el concepto de discoteca móvil. Cuenta la leyenda
que fue en el transcurso de estas batallas cuando empezó a
desarrollarse y cuando se acuñó la expresión “otro concepto”.
Y lo llevó a cabo todo el equipo humano de la Empresa y su
departamento de I+D+i, consiguieron el tres o el cuatro o el diez
...en uno: Escenario, luces, sonido, podium de entrega de premios,
plató de televisión y, por supuesto, discoteca móvil en un único
vehículo, el sueño se había cumplido. El camión multiusos de
Discomovil Show que en pleno rendimiento tiene un montón de vatios
de salida, muchos decibelios de sonido y un universo de luces y
colores para entretener, animar y divertir toda clase de eventos,
fiestas o celebraciones que se pongan por delante, simplemente
“otro concepto”
Os
costó, pero mereció la pena por lo que he oído, visto y leído;
si los envidiosos volaran habría nubes todo los días, tenedlo por
seguro. Está claro el el éxito del “otro concepto”.
Quizá
por culpa del “otro concepto” las comunicaciones entre el
escenario y mesa de control no fallan porque las pilas de los
pinganillos se ponen nuevas en cada ocasión. Seguro que el “otro
concepto” tiene la culpa de que no falle una luz o se acople un
micrófono porque se revisa y controla una y otra vez toda la
instalación. No me cabe duda que el “otro concepto” ha tenido
que ver para cambiar del analógico al digital en tus equipos
consiguiendo una mejora de rendimiento y prestaciones. Estoy por
apostar que el “otro concepto” es el responsable de que en
teatros, auditorios o escenarios al aire libre nos haya acompañado
durante tantas veces, tantos años y en tantos sitios y lugares,
próximos o lejanos, este gran equipo.
En
la gira de Queixumes dos Pinos con el espectáculo “O Folclore no
Camiño” por Ourense y Portugal, una de las muchas veces que se ha
responsabilizado del sonido y de la iluminación, recuerdo que
llegamos al teatro y ya estaba todo el entramado montado salvo los
micros, había que hacer pruebas de sonido con los músicos y con
las cantareiras y, evidentemente, todavía no habíamos llegado para
poder realizarlas. De siempre han ido por delante nuestra para
facilitarnos la labor y solucionar posibles problemas que casi
siempre aparecían. Cuando llegamos recuerdo que todo el equipo
estaba en plena faena, a vueltas con cajas, cables, altavoces,
luces...como quien dice con el traje de faena enfundado. Terminadas
las pruebas y los ajustes de luz y sonido todo el equipo desapareció
dejando de fondo una música ambiente acorde con la ocasión. Y
donde está el “otro concepto”, os preguntareis. El “otro
concepto” estaba en la profesionalidad: los cuatro componentes
del equipo aparecían elegantemente vestidos con traje y corbata para
llevar a cabo el espectáculo y si había que salir al escenario a
mover un micro o controlar una luz o hacer lo que fuese, en ningún
momento se veía un traje de faena sino una persona ataviada como el
espectáculo lo requería: elegante. A mi me sorprendían , lo
confieso. Y esto se repetía siempre . Y yo, mientras tanto, fiel a
mi polo de rayas.
En
alguna otra entrada en este blog dije, y seguro que volveré a
decirlo en alguna venidera, que en Queixumes se produce, por lo menos
en lo que a mi respecta, algo que hace que pasemos de una relación
profesional a una relación de amistad con todos los profesionales
que han pasado por la entidad. Con el equipo humano de Discomóvil
Show también ha ocurrido. Algo tendrá que ver “el otro
concepto”.
Soy
reticente a poner nombres de personas en el blog salvo que no quede
más remedio y este es uno de los casos. Por ti Chema, director y
máximo responsable de Discomovil Show, por tu equipo de ayudantes
y colaboradores que también han puesto su esfuerzo, dedicación y
tesón para que este vuestro “otro concepto” haya llegado hasta
donde ha llegado y con intención de seguir creciendo.
Porque
“veinte años no es nada”, como dice la canción, habrá que ir a
por más.
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