domingo, 9 de octubre de 2016

OTRO CONCEPTO

Otro concepto. Esta expresión podríamos considerarla como emblema de que cuando se dice o quien la dice hace referencia a que lo habitual y corriente está superado, de que lo que todos hacen o han hecho es un mar de ideas que pertenecen al pasado y que hay que abrir nuevos horizontes innovadores que hagan que lo nuevo sea eso: otra cosa distinta y superior a lo anterior, o por lo menos mejor. Y en eso estamos.

En esos momentos, en los que el testigo de nuestras palabras es un café o una caña, la conversación fluye ligera, sin censuras, dejando entrever nuestras ilusiones y deseos, y afloran los sueños de tener un equipo nuevo a pesar de las innumerables e inconmensurables trabas a las que la gran administración nos tiene acostumbrados: la falta del plano del proyecto, el certificado de industria, estar casi fuera de plazo, tener que dar el visto bueno la ITV… y...¿Qué más, gritamos desesperados , hace falta???

Quizá la gran cantidad de trabas puestas y el desafío de vencerlas dio pie a que lo que en principio era el furgón donde se llevaban todos los “cachivaches” y aparejos necesarios para llevar a buen puerto las actuaciones se transformará en un camión multifuncional.

Tras varios diseños y proyectos, muchas horas de trabajo y no pocas visitas a las ventanillas de la administración consiguió lo que iba buscando: innovar el concepto de discoteca móvil. Cuenta la leyenda que fue en el transcurso de estas batallas cuando empezó a desarrollarse y cuando se acuñó la expresión “otro concepto”. Y lo llevó a cabo todo el equipo humano de la Empresa y su departamento de I+D+i, consiguieron el tres o el cuatro o el diez ...en uno: Escenario, luces, sonido, podium de entrega de premios, plató de televisión y, por supuesto, discoteca móvil en un único vehículo, el sueño se había cumplido. El camión multiusos de Discomovil Show que en pleno rendimiento tiene un montón de vatios de salida, muchos decibelios de sonido y un universo de luces y colores para entretener, animar y divertir toda clase de eventos, fiestas o celebraciones que se pongan por delante, simplemente “otro concepto”

Os costó, pero mereció la pena por lo que he oído, visto y leído; si los envidiosos volaran habría nubes todo los días, tenedlo por seguro. Está claro el el éxito del “otro concepto”.

Quizá por culpa del “otro concepto” las comunicaciones entre el escenario y mesa de control no fallan porque las pilas de los pinganillos se ponen nuevas en cada ocasión. Seguro que el “otro concepto” tiene la culpa de que no falle una luz o se acople un micrófono porque se revisa y controla una y otra vez toda la instalación. No me cabe duda que el “otro concepto” ha tenido que ver para cambiar del analógico al digital en tus equipos consiguiendo una mejora de rendimiento y prestaciones. Estoy por apostar que el “otro concepto” es el responsable de que en teatros, auditorios o escenarios al aire libre nos haya acompañado durante tantas veces, tantos años y en tantos sitios y lugares, próximos o lejanos, este gran equipo.

En la gira de Queixumes dos Pinos con el espectáculo “O Folclore no Camiño” por Ourense y Portugal, una de las muchas veces que se ha responsabilizado del sonido y de la iluminación, recuerdo que llegamos al teatro y ya estaba todo el entramado montado salvo los micros, había que hacer pruebas de sonido con los músicos y con las cantareiras y, evidentemente, todavía no habíamos llegado para poder realizarlas. De siempre han ido por delante nuestra para facilitarnos la labor y solucionar posibles problemas que casi siempre aparecían. Cuando llegamos recuerdo que todo el equipo estaba en plena faena, a vueltas con cajas, cables, altavoces, luces...como quien dice con el traje de faena enfundado. Terminadas las pruebas y los ajustes de luz y sonido todo el equipo desapareció dejando de fondo una música ambiente acorde con la ocasión. Y donde está el “otro concepto”, os preguntareis. El “otro concepto” estaba en la profesionalidad: los cuatro componentes del equipo aparecían elegantemente vestidos con traje y corbata para llevar a cabo el espectáculo y si había que salir al escenario a mover un micro o controlar una luz o hacer lo que fuese, en ningún momento se veía un traje de faena sino una persona ataviada como el espectáculo lo requería: elegante. A mi me sorprendían , lo confieso. Y esto se repetía siempre . Y yo, mientras tanto, fiel a mi polo de rayas.

En alguna otra entrada en este blog dije, y seguro que volveré a decirlo en alguna venidera, que en Queixumes se produce, por lo menos en lo que a mi respecta, algo que hace que pasemos de una relación profesional a una relación de amistad con todos los profesionales que han pasado por la entidad. Con el equipo humano de Discomóvil Show también ha ocurrido. Algo tendrá que ver “el otro concepto”.

Soy reticente a poner nombres de personas en el blog salvo que no quede más remedio y este es uno de los casos. Por ti Chema, director y máximo responsable de Discomovil Show,  por tu equipo de ayudantes y colaboradores que también han puesto su esfuerzo, dedicación y tesón para que este vuestro “otro concepto” haya llegado hasta donde ha llegado y con intención de seguir creciendo.



Porque “veinte años no es nada”, como dice la canción, habrá que ir a por más.