Mira que ya he contado cosas en este
blog de los muchos acontecimientos que han sucedido en estos años en Queixumes.
Mira que he visto actuaciones y bailes de los chavales. En cuántas tardes de ensayos he tenido la
oportunidad de estar aunque solo fuera
un momento.
Parece mentira que después verlos
en tantos sitios y ver tantos bailes y tantos ensayos no me hubiera dado cuenta de algo que vi en un ensayo de viernes por la tarde
y sin proponérmelo.
Porque no sé como se hace, pero
tentado estuve de cambiar el nombre al
blog. Me explico.
Coincidió que pasé por la sala de
ensayos y por encima del sonido de la
pandereta oí algo conocido: “abro,
cierro, un, dos, tres, voooolta”. Me llamó la atención y no puedo explicar porqué. Miré hacia la sala y me quedé observando. Niños y niñas de Sons llenando la sala y en el centro cuatro o
cinco parejas de baile, para mi que eran los que acaban de empezar este año.
Volví a sorprenderme: los nuevos con los
brazos en alto y bailando y siguiendo
las ordenes de la profesora al rítmo del “un, dos, tres, voooolta” y
alrededor los “veteranos” llevando el ritmo con palmas y
animándoles.
Allí había algo que no se ve con los
ojos del raciocinio, algo que solo se
percibe con el sentido de la emoción,
algo que llena de satisfacción personal: unos chavales que no llegan a
los diez años funcionando como un todo e implicados en lo mismo para que
saliera lo mejor posible lo que estaban haciendo como grupo.
Me llamó la atención, pero no acabaron las sorpresas aquella tarde.
Al ensayo del grupo de los mayores suelen acudir también algunos
de Sons para ir perfeccionando técnica y
conocimientos de danzas, son los que ya llevan mas de dos años en el
grupo. En este caso los pequeños no estaban en el centro y los grandes
aplaudiendo, ¡¡¡ Estaban bailando todos juntos!!!. los más mayores de casi dos metros y
universitarios o en bachiller todos ellos con los que escasamente pasan del metro
y de primaria y de la ESO. Un círculo que ocupaba todo el espacio
disponible y que se convertía en dos filas de parejas unas veces y otras en una cruz que también llenaban todo el salón donde ensayan.
De verdad, estéticamente no servirá
como ejemplo, pero esta imagen es inolvidable y
muestra los valores que estos chicos
y chicas comparten en ensayos, en actuaciones, en giras, en festivales... de la manera más
cordial y sin complicaciones.
Cuando comencé este blog le puse el nombre que lleva porque
es como se empieza en esto, con lo más sencillo: saltando y abriendo y cerrando los pies, y eso es lo que persigo en cada entrada: la sencillez, lo elemental
de las historias que ocurren alrededor de Queixumes para contarlas de una manera
simple. Tan simple como una pandereta y unos niños y niñas bailando al
ritmo de: abro...cierro...un...dos...tres...vooooolta.