En
este mundo traidor,
nada
es verdad ni mentira,
todo
depende del modelo
del
disfraz con que te vistas.
Los
bebés son los más grandes
aunque
vayan en pañales
y los más chicos gigantes
a
los hombros de sus padres.
Hay
valientes espadachines
vestidos
de mosqueteros
y
hay sirenas y mafiosos
y
gallinas abundantes
y el gánster de la pistola
llevándose a uno por delante.
Piratas
y bucaneros,
conejitos
y arlequín
jinetes de apocalipsis
listos
para partir
a
un mundo lleno de engaños
y
de mucho pedigrí.
Y
la niña soñadora
ha
traído a mis recuerdos
mi
heroína voladora.
Y
tenemos mejicanas
que
han bailado sevillanas
y
un mariachi con guitarras
ataviados
con sus ponchos
tejidos
en pura lana.
No
han podido todas brujas
con
escobas hechizadas
deshacerse
de los indios
de
las plumas coloradas.
lentejuelas
del can-can
ratones
y ratoncitas,
¡oh
dios¡ y el Spiderman.
No
hay cuidado, el tio la vara
nos
va a venir a salvar
no
hay temor, ni es pesadilla
estamos
en carnaval,
esos
días donde todo
se
cambia con un disfraz.
Cuando
la muiñeira suena
y
se oye por soleá,
y
la gaita del gaiteiro
cuando
mas colgada está,
cuando
se baila la samba
sin
llevar ningún compás,
cuando
somos como somos
y
no como los demás.
Cuando
las risas son lloros
y
los lloros libertad
de
hacer en un solo día
lo
que un año no te da.
Cuando
el confeti son lágrimas de plañideras
Cuando
la nada lo es todo
y
en el todo está la nada.
Los
payasos están tristes
casi
a punto de llorar
han borrado de rostro
su
sonrisa angelical.
¿Quién
se ríe?, los banqueros,
son
los que más pasta tienen
y
también, los de la nariz más larga
y
a pinocho se parecen
los
políticos y sus máscaras.
Y
da igual donde se sienten.
cuanto
más hablan más les crece.
Los
nobles no lo son tanto
y
se dibujan de harapos,
pobrecillos, no les llegan
los
cuartos que se han llevado.
Chaquetas
de mano en mano
y
la princesa llorando
porque
la rana del charco
de
príncipe se ha disfrazado.
Y
tendrá que darle un beso
para
convertirla en sapo.
Y
en Queixumes esperando
que
el entroido traiga cuartos
que
no nos traiga al del frac
disfrazado
de ángel blanco
porque
si tal sucediera
saldría
muy mal parado:
por
puntos y ganador
en
batalla sin igual
o
gaiteiro cobrador.
En
este entroido acabado,
la
verdad y la mentira
se
han cogido de la mano
y
hasta la semana santa,
míralo
por donde quieras,
pero
los viernes pescado.
Lo
voy dejando señores
y eso que da para más,
pero
si se hace muy largo
nadie
lo leerá.
En
este mundo traidor
donde
ya nada es mentira
este
humilde ripiador,
de
verdad, nunca os olvida.