miércoles, 22 de febrero de 2012

O ENTROIDO, EL CARNAVAL



En este mundo traidor,
nada es verdad ni mentira,
todo depende del modelo
del disfraz con que  te vistas.


Los bebés son los más grandes
aunque vayan en pañales
y  los más chicos gigantes
a los hombros de sus padres.
Hay valientes espadachines
vestidos de mosqueteros
y hay sirenas y mafiosos
y gallinas abundantes
y el gánster de la pistola
llevándose a uno por delante.

Piratas y bucaneros,
conejitos y arlequín
jinetes  de apocalipsis
listos para partir
a un mundo lleno de engaños
y de mucho pedigrí.

Y la niña soñadora
con sus trenzas tentadoras  
ha traído a mis recuerdos 
mi heroína voladora.

Y tenemos mejicanas
que han bailado sevillanas
y un mariachi con guitarras
ataviados con sus ponchos
tejidos en pura lana.

No han podido todas brujas
con escobas hechizadas
deshacerse de los indios
de las plumas coloradas.


Asesinos de cucharas
lentejuelas del can-can
ratones y  ratoncitas,
¡oh dios¡ y el Spiderman. 
No hay cuidado, el tio la vara
nos va a venir a salvar
no hay temor, ni es pesadilla
estamos en carnaval,
esos días donde todo
se cambia con un disfraz.

Cuando la muiñeira suena
y se oye por soleá,
y la gaita del gaiteiro
cuando mas colgada está,
cuando se baila la samba
sin llevar ningún compás,
cuando somos como somos
y no como los demás.

Cuando las risas son lloros
y los lloros libertad
de hacer   en un  solo día
lo que un año no te da.

Cuando el confeti son  lágrimas de plañideras
vestidas de luto y negras.

Cuando la nada lo es todo
y en el todo está la nada.
Los payasos están tristes
casi a punto de llorar 
 han borrado de rostro
su sonrisa angelical.

¿Quién se ríe?, los banqueros,
son los que más pasta tienen
y también, los de  la nariz más larga
y a pinocho  se parecen
los políticos y sus máscaras.
Y da igual donde se sienten.
cuanto más hablan  más les crece.
Los nobles no lo son tanto
y se dibujan  de harapos,
pobrecillos, no les llegan
los cuartos que se han llevado.

Chaquetas de mano en mano
y la princesa llorando
porque la rana del charco
de príncipe se ha disfrazado.
Y tendrá que darle un beso
para convertirla en sapo. 

Y en Queixumes esperando
que el entroido traiga cuartos
que no nos traiga al del frac
disfrazado de ángel blanco
porque si tal sucediera
saldría muy mal parado:
por puntos y ganador 
en batalla sin igual
o gaiteiro cobrador.
En este entroido acabado,
la verdad y la mentira
se han cogido de la mano
y hasta la  semana santa, 
míralo por donde quieras,
pero los viernes  pescado. 

Lo voy dejando señores
y eso que da para más,
pero si se hace muy largo
nadie lo leerá.

En este mundo traidor
donde ya nada es mentira
este humilde ripiador,
de verdad, nunca os olvida.